Levantamos la copa
mientras explotan petardos
en el vecindario
cruje el aire
en la nochebuena
Tomamos de la copa
y de reojo miramos
el precio del vitel toné
de la coca retornable
del cerdo destrozado
sobre la bandeja
bajo un cielo
pesado de verano
Cuando las explosiones
ceden ante el silencio
de nuestra pobreza
las turbinas de un lejano avión
irrumpen allá arriba
Son los dueños de casi todo
los que a esta bendita hora
siguen con sus planes
viajan y dibujan
el mapa del mundo
deciden
dónde y cuándo
reventará
la próxima bomba.